La Fundación Emasagra, en su compromiso con la sostenibilidad del medio ambiente y la defensa de los recursos naturales, fundamentalmente el agua, adquiere como suyos y propios cada uno de los fines que mueven esta campaña global de comunicación y divulgación y que, denominados por los promotores de la idea Objetivos del Desarrollo del Milenio, son:
- Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
- Lograr la enseñanza primaria universal.
- Promover la igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer.
- Reducir la mortalidad en niños menores de 5 años.
- Mejorar la salud materna.
- Combatir el VIH/Sida, el paludismo y otras enfermedades.
- Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
- Fomentar una alianza mundial para el desarrollo.
Todos estos anhelos fueron pactados y firmados por 189 presidentes de Gobierno en el año 2000, convencidos de que una iniciativa de este calado permitirá una mejora en las condiciones de vida de la gente con el referente y el horizonte del año 2015. Fue un reto de todos los países miembros de la ONU: velar por los derechos humanos fundamentales según se contemplan en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas. Y para que todo aquello no quedase simplemente en una declaración de buenas intenciones, el entonces secretario general de la ONU, Koffi Annan, dijo, literalmente: “No serán las Naciones Unidas las que alcanzarán los objetivos del Desarrollo del Milenio. Deben alcanzarse en cada país a través de los esfuerzos conjuntos de los gobiernos y el pueblo”. Las palabras de Annan, sin duda, buscaban atraer adeptos a la causa, un ejército solidario que batallase por derechos universales y fundamentales. La Fundación Emasagra estará en ese equipo. A esta tarea de compromiso se han adherido ya, en el marco del llamado Foro de Reputación Corporativa (FRC), creado en septiembre de 2002, empresas líderes en su sectores, de la talla y del peso de Aguas de Barcelona (Agbar), BBVA, Repsol YPF, Telefónica, Abertis, Ferrovial, Gas Natural, Iberdrola, Iberia, RENFE y Metro de Madrid. El FRC es un lugar de encuentro, un foro de debate permanente donde se exponen, analizan y divulgan tendencias, herramientas y modelos de gestión encaminados a lograr que el mundo-simbolizado en la pequeña Joana, una niña de nueve años- sea un lugar más habitable en poco tiempo. Las empresas que apostaron por ese mundo mejor ya han desarrollado una campaña a escala mundial, que afecta tanto a sus empleados a nivel interno, unos 600.000 según los cálculos, como a sus amplías carteras de clientes, que rondan los 800 millones de personas. Los tentáculos de esta campaña llegan a cien países del planeta. En todos esos rincones de la tierra los ojos y la sonrisa de Joana representan toneladas de esperanza para millones de seres. Esa niña es la voz de una conciencia colectiva, solidaria, comprometida y universal, que traspasa fronteras, franquea barreras y abre caminos. La Fundación Emasagra, al igual que todas las empresas ‘enganchadas’ a Joana, quiere contribuir y posicionarse en la ilusionante de tarea de ayudar a los gobiernos a conseguir esos planes de mejora. Para ello, utilizará todos los canales de comunicación a su alcance para poner en valor las virtudes que atesoran ese mundo soñado por Joana. Aprovechará, por tanto, la posibilidad que ofrece la difusión en espacios educativos, especialmente entre los escolares y estudiantes que visitan su histórica sede del Aljibe del Rey -en el barrio del Albaicín- y que reciben cuadernos pedagógicos, o mediante su estrecha vinculación con la Universidad de Granada, que ha dado recientemente como fruto la firma de un convenio de colaboración para analizar los efectos del cambio climático en el acuífero de Sierra Nevada. La pequeña Joana estará presente, siempre, en todas y cada una de las actividades de la Fundación Emasagra, que seguirá fortaleciendo las citas culturales en Granada, apostando por las nuevas tecnologías, editando y divulgando folletos y publicaciones de interés relacionadas con su actividad y mostrando los valores del agua, de lo cual en su primer año de vida ya se han beneficiado unas 10.000 personas. La Fundación Emasagra sabe que cualquier esfuerzo que realice servirá para que muchísimas Joanas en toda la tierra respiren con mayor libertad, se despierten cada mañana con más ímpetu y ganas de vida, y crezcan en medio de una convivencia pacífica, sin hambre ni desigualdad, sin temores ni enfermedades, pero sí con la luz que derrama la mirada limpia de Joana, esperanza y meta de millones de seres humanos.