Los proyectos, llevados a cabo en estrecha colaboración con la Concejalía de Familia y Bienestar Social del Ayuntamiento de Granada, han permitido en la primera aldea citada una perforación de 18 metros de profundidad, y en la segunda, de 23 metros. Con estas nuevas infraestructuras, los habitantes del lugar– donde la falta de agua potable, en palabras de los misioneros, se había convertido en “una plaga verdadera”- han ganado en comodidad y en tiempo, pues no tienen que desplazarse a diario varios kilómetros para abastecerse del río más cercano, donde también acuden animales. Según el escrito, gracias a los nuevos pozos “la vida en estas aldeas ha cambiado completamente, las mujeres tienen más tiempo para ocuparse de sus familias, las enfermedades están menos presentes y todo el mundo es más feliz”. Emasagra ya inició este plan de cooperación social e internacional en 2007, con motivo de la celebración de su XXV Aniversario. Aprovechando esa efeméride, la empresa municipal, en colaboración con la concejalía que dirige Ana López Andújar, ya se hizo cargo de la construcción de pozos para garantizar el suministro en los pueblos senegaleses de Tenkoto y Laminia, y también en zonas de Etiopia. Para Emasagra, este tipo de iniciativas son “compromisos basados en promover los valores fundamentales de responsabilidad compartida y solidaridad internacional”.